Ha querido el destino que la celebración del aniversario de la demolición del infame muro de Berlín coincida con los fastos del congreso anual del Partido Comunista Español. El esperpento ofrecido por los integrantes del último dinosaurio político hispánico ante la coyuntura no podía ser más patético.
El venerable Paco Frutos, presidente saliente Partido, abrió la función con una entrevista en El Pais. Al ser preguntado por si se alegraba por la caída del muro, contestaba: “Demagogias las justas”. Esta irritación por lo que tantos hombres celebraron llorando de emoción no es sólo la majadería de un hombre mayor con una foto del ejército rojo en su despacho ( sí, la tiene, en la primeras frases de la entrevista). También los comunistas más tiernos pueden impresionarnos con su crueldad. En otra entrevista del mismo medio, un moza de veintitantos, dirigente de Izquierda Unida, hablaba con esta desenvoltura del fenómeno que devolvió la libertad a millones de personas :
Así que lo del muro... si la alternativa era el capitalismo que tenemos hoy día pues sí, fue una tristeza que cayera el único reducto que quedaba de posibilidad de luchar por un socialismo.
Más triste, mucho más triste, dónde va a a parar, que la muerte de los 250 seres humanos que falleciaron al tratar de abandonar el "único reducto" anticapitalista. Al fin y al cabo, desertaban por codicia materialista, por coches, casas y otras vulgaridades. Eran detestables aspirantes a burgueses. Como todos los espiados, vigilados, encerrados y torturados en Alemania, Bulgaria, Rumania...
Que personas con sentimientos tan viles todavía se crean la élite moral es testimonio del poder alucinatorio de la vanidad. Sobre todo la moral, que cuesta menos.
Actualización: Comparen la tristeza de nuestra rebelde con la alegría del disidente polaco Adam Mishnik, que se enfrentó durante años con un aparato comunista de los que aquella echa de menos, hablar de la vida tras la demolición :
Fantastic! Fantastic! Poland has not had such 20 years in its last 400 years, 300 years. We are on the side of the West. We are sovereign. We have all possible civil rights. Democratic elections. Open borders. No censorship. That is simply a fantastic change.
PD : Hablando de vanidad. Veo en la entrevista a Paco Frutos que la creencia en la burrería total de las masas no ha perdido fuerza con la llegada de Internet. Todavía creen que la gente no se hace comunista porque es tonta de remate:
El capitalismo, con la complicidad de la socialdemocracia moderada, ha sabido imponer a la sociedad un lavado de cerebro, convencer de que no hay alternativa.