Cenando el otro día con mi novia con dos parejas más surgió el tema del 11S. Para mi sorpresa, mi compañero de mesa aseguró categóricamente que ese atentado terrorista había sido llevado a cabo "por Bush y Cheney". Supongo que mi expresión fue de horror, pues se puso inmediatamente a soltar todos los "argumentos" que, según él mismo, demostraban su tesis. La ausencia de Judíos en las torres, el abandono el día antes del EEUU de los allegados de la familia dirigente de Arabia Saudí y todo el resto de majaderías que difunden los más diversos lunáticos de la red. Hay que tener en cuenta que mi compañero de mesa era un hombre con signos evidentes de cordura, un hombre con carrera universitaria y con trabajo estable. Aunque es cierto que se gana la vida como informático y sus quehaceres en la oficina le dejan muchos tiempos muertos que aprovecha para navegar por la red.
Para desacreditar tal disparate, lo comparé con otra teoría conspirativa famosa, según la cuál la llegada a la luna nunca había tenido lugar y era una simple, aunque primorosa, puesta en escena. Terció entonces el tercer hombre de la mesa para defender la certeza de la teoría. El otro asentía orgullosamente.
Quedé francamente desconcertado. Creía que estas aberraciones estaban confinadas a los parias ideológicos de nuestro tiempo, que las necesitan para explicar el fracaso de sus posturas políticas, y a las minorías solitarias sedientas de emociones que tan grata morada encuentran en el mundo virtual. Este encuentro me hizo sospechar la verdad: que estas teorías conspirativas están muy extendidas.
La
excelente recensión que
Michael C. Moynihan, del
Reason Magazine, hace del recién publicado
Voodoo Histories: The Role of Conspiracy Theory in the Shaping of Modern History, del periodista británico David Aaronovich convierte en certezas mis sospechas. El mismo catálogo de teorías conspirativas famosas ya da una idea de su extensión y profundidad, "los llamados
Protócolos de los Sabios de Sión, las juicios de las purgas soviéticas, las teorías que implican a los mismos EEUU en los bombardeos de Pearl-Harbour, los asesinatos de JFK y RFK, la muerte de la princesa Diana y Marilin Monroe...". Moynihan también presta atención a las teorías conspirativas más en boga hoy en los EEUU, motivadas por el enloquecimiento sufrido por parte del conservadurismo norteamericano a causa de la llegada al poder de Obama, y según las cuales el nuevo presidente es un agente secreto keniata destinado a convertir
the land of the free en una tiranía comunista.
Desde luego que este despliegue de insustancialidad humana es divertido. Pero, según Moynihan, uno de los puntos más convincentes de libro de Aaranovich es el que trata de lo perjudiciales que son. Algo muy creíble a la luz de la historia Judía de ayer y hoy.
PD : Cuando del Mossad se trata, ni los medios más prestigiosos se pueden resistir al influjo de las emocionantes teorías conspirativas. En la BBC
se le daba la palabra a un señor que ha escrito un libro sobre el legendario servicio secreto.
They have a whole backup system called asynum(?). These are the people who are local residents, Jewish people, who will help the Mossad. And there’s estimated to be in the world about half a million, some say a million, I tend to say about a half million from what I’ve learned from Mossad people.
¡Estos Judíos se las saben todas!