Uno de cada cuatro europeos cree que sólo los tomates transgenicos tienen genes y que el resto de los tomates… no tienen genes.
Hay que prohibirlos, ¡por genéticos!
Si hay algún fenómeno científico fascinante, a fuer de misterioso, es el del efecto placebo. ¿Cómo es posible que una sustancia inerte, que no interacciona de ningún modo con el cuerpo humano, palíe los síntomas de una enfermedad en un modo comparable a una sustancia que cura realmente la enfermedad? El Boston Globe, (vía) lleva un magnífico artículo que resume las ideas principales ideas e investigaciones sobre el tema. Ahí va lo que más me ha parecido más interesante:
La potencia de este tratamiento es asombrosa. Este medicina sin medicina es efectiva con afecciones como el dolor, el asma, incluso la psoriasis:
Por todo lo anterior, ciertas voces en la comunidad médica proponen explotarlo:
But as evidence of the effect’s power mounts, members of the medical community are increasingly asking an intriguing question: if the placebo effect can help patients, shouldn’t we start putting it to work? ...In recent years, research has confirmed that they can bring about genuine improvements in a number of conditions... In December, the Michael J. Fox Foundation announced plans for two projects to study the promise of placebo in treating Parkinson’s.
...Con el campo entero a su disposición y florecientes sentimientos de camaradería y buena voluntad, los prisioneros tomaron parte de manera rápida y entusiasta de todos los disfrutes normales y humanos que les habían sido negados durante tanto tiempo...hombres y mujeres separados por las divisiones del campo que habían estado conversando de manera romántica y en secreto durante años –pero que jamás se habían visto– pudieron finalmente encontrarse. Los sacerdotes encarcelados presidieron varias bodas improvisadas. Los prisioneros recuperaron lo que quedaba de sus ropas civiles del depósito –los guardias regularmente robaban y vendían las pertenencias de los prisioneros–, y de ese modo se vieron pronto ataviados con abrigos de piel y ropas de colores variados, además de reaparecer las proscritas vestimentas de tipo religioso. Los negocios, asimismo, se reanudaron de la mejor manera posible, hubo por ejemplo un aristócrata polaco que abrió una forma de cafetería, donde se servía una especie de café improvisado, que resultó bastante popular entre los prisioneros.
También florecieron las actividades de esparcimiento. Debido al gran número de prisioneros políticos en el gulag, casi todos los campos se podían jactar de una selección envidiable de ingenieros, científicos, intelectuales y artistas altamente cualificados y especializados, y con ellos se impartieron cursos avanzados para la educación y la gratificación tanto de las clases instruidas como de las iletradas.
El arte también floreció, con declamación de poesías e incluso la realización de obras de teatro pergeñadas rápidamente. También se cantaron himnos –escritos por los ucranianos– de manera masiva.
"¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?", Groucho Marx.