Sostiene Sloterdijk en su Crítica de la Razón Cínica que en la sociedad del siglo XXI "el malestar en la cultura ha adoptado una nueva cualidad : ahora se manifiesta como un cinismo universal y difuso". En otras palabras, el descreimiento y la desconfianza frente a "los vuelos de altura vanamente bellos" son a día de hoy epidémicos. A la credulidad sólo le quedan los clínicamente ingenuos y los ingenuos profesionales, los otros disfrutan de "una vida orientada al placer que sabe contar con los acontecimietos".
No es que se nos pueda culpar de ello. Miren qué majo ese santón congafas de sol que pasea su alma doliente por todas las pantallas del globo. Mientras reclama a los gobiernos del mundo que gasten más en ayudas África, él se lleva su dinero de Irlanda a Holanda para pagar menos impuestos.
Ya sabíamos que no quedaban héroes. Ahora sabemos que los santos escasean.
PS : Otra con pretensiones de santidad que tampoco se escapa.
