30 enero 2007

Dos solos, por favor.

"Nutritionist Roger A. Clemens says, 'Many negative health myths about coffee drinking may now be transformed into validated health benefits. Scientific evidence now suggests that moderate coffee consumption -- 3 to 5 cups a day -- may be associated with reduced risks of certain disease conditions.' These include Alzheimer's disease, kidney stones and depression."

God Bless Roger A. Clemens!

( Vía Posthuman Blues; quién es don Clemens y la fuente original de la noticia)

22 enero 2007

Lo que tememos

Leyendo la reseña del Babelia del libro de Remy de Gourmont leo desolado un aforismo de otro conde francés , Antoine de Rivarol . "Hacemos más por quienes tememos que por quienes amamos".
El enunciado es terrible, pero falso. Su transposición a la vida en general es verdadera, y doblemente terrible: "Hacemos más por lo que tememos que por lo que amamos".
La aventura del ser humano suele ser una huida, ese el gran secreto que no se debe decir.


*

Acaso sea la medida del progreso la proporción entre los seres humanos que dedican su vida a dar placer y los que la dedican a sortear el miedo.
El tiempo del hombre se agotaba en la prehistoria huyendo del hambre, de los dioses, de las enfermedades...; parece que sí progresamos, aunque desasosiega la aparente desparición de poetas y otros tarados y la omnipresencia de los médicos.

20 enero 2007

Del otro lado de nosotros

"Sueño con un antiguo rey. De hierro
es la corona y muerta la mirada.
Ya no hay caras así. La firme espada
lo acatará, leal como su perro.

No sé si es de Nortumbria o de Noruega.
Sé que es del Norte. La cerrada y roja
barba le cubre el pecho. No me arroja
una mirada su mirada ciega.

¿De qué apagado espejo, de qué nave
de los mares que fueron su aventura,
habrá surgido el hombre gris y grave

que me impone su antaño y su amargura?
Sé que me sueña y que me juzga, erguido.
El día entra en la noche. No se ha ido."

La pesadilla, Jorge Luis Borges

*

"El gran maestro Taoísta Chuang Tzu soñó una vez que era una mariposa revoloteando aquí y allá. En el sueño no tenía conciencia de su individualidad como persona. Era sólo una mariposa. De pronto, se despertó y se encontró ahí acostado, una persona otra vez. Pero entonces pensó para sí mismo, "¿Era antes un hombre que soñaba ser una mariposa,
o soy ahora una mariposa que sueña ser un hombre?"

*


*




12 enero 2007

La batalla más hermosa

Hace unos 2500 años, el rey medo Ciaxares acogió en su corte a un grupo de escitas. El soberano les apreciaba tanto que permitió que sus hijos aprendiesen su lengua y se adiestrasen con ellos en el arte de la caza, en la que eran muy diestros.

Un día regresaron de una jornada de caza con las manos vacías. Ciaxares, que debía apetecer carne, les abroncó y les despreció. Parece que los cortesanos nómadas no aguantaban demasiado bien los agravios; así que otro día se presentaron ante el rey con su hijo cocinado como si fuese un ciervo. Herodoto no dice nada sobre qué le pareció al soberano el ágape filial, pero seguro que no tuvo una digestión agradable.

Los medos se refugiaron de su cólera en otra corte, la de Aliates, rey de Sardes.

Cuando Ciaxares los reclamó para castigarles Aliates se negó. Se declaró la guerra.

Duró 6 años. Sabemos con total exactitud cuando terminó : el 28 mayo del 585 antes de Cristo . La guerra debió ser como todas las guerras: miedo, valor, heroísmo, crueldad, sangre.... Pero terminó de la manera más inesperada – y más hermosa. Mientras a ras de suelo crepitaba la batalla, el sol desapareció y el mundo quedó oculto tras la noche. Los soldados, ensangrentados, heridos, locos de furia dejaron de ver el campo de batalla. Probablemente en el cielo aparecieron miles de estrellas.

Herodoto nos cuenta que esta batalla fue la última de la guerra. No nos cuenta cual fue la reacción de los combatiente en ese momento. Es seguro que todos sintieron lo que se llama terror sagrado; y que todos pensaron en sus dioses enfurecidos. ¿ Se detuvo la batalla, con todos sus contendientes perplejos y sobrecogidos, las espadas y los escudos caídos? Imaginen la oscuridad, el jadeo del enemigo invisible en frente, el sudor y la sangre; el susurro metálico de dos ejércitos deteniendo la batalla. ¿ Cuánto tiempo pasaron así? ¿ Se retiraron, entre sombras, a sus campamentos esquivando educadamente a sus enemigos?

No es descabellado pensar que los enemigos dejaron de sentirse tales enfrentados a un hecho tan terrible como la desaparición del sol, fuente de todo vida .