Insomne, poseído, casi feliz, pensé que nada hay menos material que el dinero, ya que cualquier moneda (una moneda de veinte centavos, digamos) es, en rigor, un repertorio de futuros posibles. El dinero es abstracto, repetí, el dinero es tiempo futuro. Puede ser una tarde en las afueras, puede ser música de Brahms, puede ser mapas, puede ser ajedrez, puede ser café, puede ser las palbras de Epicteto, que enseñan el desprecio del oro; es un Proteo más versátil que el de la isla de Pharos. Es tiempo imprevisible, tiempo de Bergson, no duro tiempo del Islam o del Pórtico. Los deterministas niegan que haya en el mundo un solo hecho posible, id est un hecho que pudo acontecer; una moneda simboliza nuestro libre albedrío.
Borges, El Zahir.
23 octubre 2007
El olor del dinero.
Parece ser que a Steiner el dinero le irrita las fosas nasales - salvo el que usa él mismo, que debe ir perfurmado; no se pierdan este post de Fum i Stalzí. Ofrezco como contrapunto a su opinión ésta otra, expresada por alguien al que el intelectual inglés ha mostrado su admiración en numerosas ocasiones:
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2 comentarios:
M'ha encantat la cita. Em sembla que ha arribat el moment de retornar a la meva petita guerra amb Borges.
Este post me cruzó por la mente pero no se concretó. Me alegro que tú sí lo hicieras.
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