Como sabrá el lector, mi presencia en la red ha sido nula las últimas semanas. Inclemencias del tiempo, la crisis ecónomica y el cabilar continuamente en qué misterios esconde el nuevo culto a la ceja picuda del J. L. R. Zapatero I, el Dadivoso, me han impedido acercarme al teclado.
Sin embargo, de tanto en tanto he echado un vistazo a las estadísticas. Y me llena de asombro que algunos lectores continuen frecuentando el blog pese a su desvergonzada pereza. Mi deseo de volver a garabatear algo - grande de por sí- aumenta con esta agradable sorpresa. Espero volver a la velocidad de crucero usual en unos días. Dios lo quiera.
Sean felices y vivan con austeridad y prudencia, como recomiedan los filósofos.
Nos vemos pronto.
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Para reflexionar: la ceja y la gaviota. ¿Zapatero un caballo de troya del poder global? Vean la similitud del símbolo que lo representa con media gaviota del PP. Estamos rodeados.
1 comentario:
¡Que no se vuelvan a repetir estos desplantes!
Un josephtadicto.
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