El gran periodista Michael Totten ha colgado en su blog la transcripción de una conferencia dada por su colega palestino Khaled Abu Tóame. Es impagable de cabo a rabo, pero dejadme resaltar algunos fragmentos :
Como todos sabéis, al final resultó que Arafat era un sinvergüenza. La mayor parte del dinero que se mandó a la Autoridad Nacional Palestina se despilfarró y sirvió para financiar las orgías consumistas de la esposa de Arafat en París. En lugar de construirnos un hospital, Arafat nos construyó un casino en Jericó…
Mi argumento es como sigue. El hecho de que Arafat fuese un sinvergüenza no sorprendió a los palestinos. Nosotros sólo nos sorprendimos de que la comunidad internacional continuase dándole dinero y rechazase responsabilizarle cuando robaba dinero…
Cuando traté de poner sobre aviso a mis colegas extranjeros en 1995, 1996 y 1997, del hecho de que existía corrupción en la Autoridad Palestina, muchos de ellos me preguntaban si el Loby Judío me tenía en nómina…
Les decía: “Esto es lo que escucho. Venid y escuchad lo que los palestinos están diciendo”. Y ellos me contestaban que no estaban interesados en esa historia. Me dijeron que querían historias antiisraelís porque hacía sus vidas mejores. Me dijeron que no querían escribir nada malo sobre los palestinos, que Arafat era un hombre de paz y que se merecía una oportunidad.
¡Qué entrañables momentos evocan las palabras del periodista palestino! Recuerdo vivamente el tratamiento – de shock- que recibía aquel que osase insinuar que el héroe Arafat era el cabecilla de una cleptocracia que medraba saqueando las ayudas envíadas para socorrer a sus compatriotas. Hoy en día ya nadie lo niega, por muy poíticamente majadero que sea. Al-Fatah ha perdido lo que Glucksmann llama “la inmunidad revolucionaria”. Justamente para concedérsela a Hamás. Progresa adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario