30 marzo 2009

Socialismo de cúpula.

En su post de hoy, Santiago González continúa reflexionando sobre lo que él mismo bautizó como "el núcleo intransferible de la moral socialdemócrata".  "La socialdemocracia es un marco incomparable para la exhibición de los (buenos) sentimientos. De las buenas intenciones ya ni hablamos", dice. Ciertamente, en estos tiempos escépticos, es una sospecha común la de que la única función de las ideologías utópicas, oportunismos políticos al margen, es el adorno espiritual. Por eso tenemos tan grande y tan variada reserva de adolescentes ultraizquierdistas: es la exuberancia exhibicionista de la juventud, dispuesta a ponerse cualquier trapito para que las inviten a las fiestas o para ligarse al compañero de clase. Y a la misma causa se debe también la casi unánime adscripción de los artistas de éxito, que el capitalismo trata tan generosamente, al progresismo. En un mundo en el que, en la franja de edad de los 18 a los 40, es de mal tono pasar por conservador es una exigencia del marketing. No formar parte de los buenos puede acabar fulminantemente con la carrera de un actor o un cantante. ¡Si hasta los bancos insisten en asegurarnos de sus buenas intenciones, en que su dinero no se destina a otra cosas que a salvar linces y paliar el hambre en el mundo!

 

Reconocido el fenómeno, permitanme la distracción de bautizarlo. A mi juicio, una buena manera de referirnos a este socialismo decorativo de nuestro tiempo sería "socialismo de cúpula". Recordarán que el gobierno Español, con Zapatero agarrando la bandera a dos manos, destinó unos 500.000 euros de los Fondos de Ayuda al Desarrollo a financiar parte del montante de una obra de arte que la ONU encargó a Miquel Barceló. ¡Qué cinismo más puro! !Arrebatar fondos destinados a la ayuda a los más desfavorecidos para pagar una obra de arte que muestre al mundo cuánto nos preocupamos por ellos! No creo que nadie dude de que la cúpula tiene bien merecido nombrar a éste socialismo al que nos referimos.

 

Por acabar, me gustaría probar con una frase que capture la esencia del socialismo de cúpula. Quizás valga con parafrasear a Luis XX: "todo para el pobre pero sin el pobre".

 

 

 

 

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quanta rao hi ha en eixe article.

Tot per al pobre pero sense el pobre.

Pero la vida es aixina.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Bien caracterizado. Pero ¿y si no fuera un problema de partidos? Pocos "escépticos" se atreven a dar este salto crítico, por miedo a no caer en blando.