Debo agradecer a la joint-venture de los anticapitalistas salvajes con los capitalistas ídem el reencuentro con dos personajes importantes de mi educación sentimental. Por dos euros, gracias al periódico juvenil Publico y al Banco de Sabadell, me llevé a casa Tatuaje, la novela de Manuel Vazquez Montalbán con Cochita Piquer como personaje central.
Siempre es bueno volver a la desilusión y el escepticismo felices del ex-detective ex-comunista Pepe Carvalho, ese hombre que cambió las sublimidades de la alta cultura por las de la alta cocina y los anhelos de un mundo perfecto por los de un bonito trasero:
[A Carvalho] Los museos le producían alergia....Cambiaba a todo Rembrandt por un culo femenino hermoso o un plato de espaghetti a la carbonera.
Y también, claro, volver a imaginar a la Piquer, desgarrada y enloquecida de amor, desangrarse lentamente de mostrador en mostrador.
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