Han pasado 62 años desde que el Enola Gay, a las 8 y cuarto de la mañana hora del pacífico, lanzara a Little Boy sobre Hiroshima. La fuerza de la explosión, que equivalía a 20.000 toneladas de TNT, construyó repentinamente el infierno más violento y destructivo jamás visto por los humanos. La detonación mató a 150.000 personas en unas horas y a 50.000 más en unos meses. Las enfermedades derivadas de la exposición a la radiación han continuado matando y estragando vidas.
Valga como recordatorio del terrible potencial destructivo del ser humano.
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