06 agosto 2007

Racismos imaginarios y racismos reales.

Hay tres cosas que cada día soporto menos: el racismo anti-blanco y la demagogia bienintencionada.
Es normal que al leer este post de Guerra Eterna no haya podido evitar golpear la mesa.
Se deben comentar varias cosas. Primero, el escandaloso racismo del post. Con un hecho aislado - y será muy aislado con cientos de periodistas deseosos de mostrar la maldad de los ocupantes americanos- construye una acusación general a la raza blanca -raza, raza, "los blancos" dice-, encima invocando ejemplos cometidos por blancos que ya murieron y asumiendo, por tanto, que el racismo blanco es algo que se hereda, o sea racial. Muy bonito. Si alguien desea , otra vez, convencerse de cómo funcionan las cosas, que tome unas fotografías no de uno, sino de diez poblados gitanos y que ose mostrarlas como ilustración de la insalubridad de los gitanos; así, sin más matices. O afirmar tras uno de los numerosos atentados cometidos en nombre del Islam que los musulmanes son terrorisas, Con toda la razón del mundo será crucificado. Con los blancos ocurre lo contrario: ahora todos los lectores de buenos sentimientos, con un sentido suspiro, exclamarán: cuánta razón tiene, menos yo y los míos, ¡los blancos son unos racistas! ¡qué bueno soy! Y colmarán de felicitaciones al racista.
También es de notar el desprecio olímpico al cuerpo de la noticia. Supongo que por ser blancos es un puro disparate creer que pueden decir la verdad. No excluyo la posibilidad de que un mando descerebrado haya colgado el cartelito por motivos racistas; si en el mundo hay de todo, más en una guerra. Pero no hay nada que me obligue a darla por cierta y a obviar las explicaciones dadas.
Hace un par de días, cosas de la vida, Javier Monjas, sin abandonar de su tour de force antiislamista, informaba de que la universidad de Michigan iba a instalar lavatorios de pies para musulmanes. Comentaba que, entre la indignación general, hay quien ve la medida con buenos ojos, pues "se lo toma por el lado práctico y positivo, y afirma sentirse complacido con la perspectiva de no tener que lavarse nunca más la cara ni las manos en el mismo lavabo donde otros muchos se lavan los pies" No es una mala postura. Porque, señores, la cultura occidental también tiene sus manías - entre las cuales está cierto desapego a los pies. Yo tengo amigos que reventarían antes de limpiarse los dientes o la cara donde alguien se ha limpiado antes los pies. Quizás en la base de Warhorse estén esperando a construir lavatorios para pies y provisionalmente se han repartido los lavabos para no crear conflictos. Se ve en la imagen que los lavabos son de esos prefabricados, quizás no haya lavatorios para pies de ese tipo y hayan decido construir unos para que los musulmanes puedan seguir sus ritos sin molestar a nadie. ¿Por qué hablar directamente de racismo?

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