27 noviembre 2007

Acusaciones (I) : cargos.

Los lectores de este blog recordarán que hará unos meses comenté un artículo de la crítica cultural (sic) Beatriz Preciado. En él se defendía vehementemente, entre otras cosas, el derecho de las personas a automutilarse - se exponía el caso de un hombre que quería cercenarse las piernas porque éstas no casaban con "su imagen corporal ideal". El rechazo de los doctores y las cautelas del estado a éstas prácticas se debían, según la autora, a las "restricciones normativas de la sociedad de los cuerpos hegemónicos válidos". En suma, si alguien pedía a un cirujano que le arrancase los ojos para mejorar su imagen y éste se negaba se debía únicamente a al espíritu represivo de una sociedad conjurada para oprimir a los que no deseaban el "ansiado cuerpo normal".La autora concluía:

Estos movimientos de autodeterminación corporal ponen de manifiesto que el ansiado cuerpo normal es el efecto de un violento dispositivo de representación, control y producción cultural.

Recogiendo materiales sobre el proceso que ha llevado a la izquierda a abandonar prácticamente todos sus valores tradicionales, he dado, entre otros horrores, con la también crítica cultural (sic) Christina von Braun. A ésta, al contrario que a Preciado, le horroriza la cirugía. Donde la última ve rebeldía heroica, la primera ve daño autoinfligido (self-harm). Y von Braun no va tan lejos como Preciado: se refiere exclusivamente a la cirugía estética al uso, no a encadenarse de por vida en una silla de ruedas. Vean:

(...) la violencia de la circumcisión del clítoris , que el oeste considera correctamente una violación de los derechos humanos, es igualada en Occidente por la cirugía estética y el daño que las mujeres jóvenes ( y cada vez más hombres) se infligen en su propio cuerpo.

Por ello,
[la violencia] que Occidente considera a que están sometidas las mujeres musulmanas tocadas con velo es igual a la ejercida por la mirada voyeur Occidental.

Occidente es, a la vez, culpable de represión e inducción...

2 comentarios:

Júlia dijo...

El hecho es que, en todas las culturas, parece que hay poca gente contenta con su cuerpo. Si hace años me explican que se pondrían de moda pircings y tatuajes no lo hubiese creído. La depilación me parecía una barbaridad, pero, claro, cualquiera no se depilaba. Ahora lo hacen hasta los señores. Y la cirugía estética, vaya negocio, era una cosa de ricachos y actrices y ahora se ha generalizado hasta llegar, casi, a las masas occidentales -y a buen número de orientales- con algunos ahorrillos. No sé, todo es tan surrealista que ya nada parece ni raro, lo que pasa es que, efectivamente, siempre se ve la paja en el ojo ajeno.

Joseph T. dijo...

Ese es el punto Julia, que parece que todas las culturas y en todas las épocas ha habido un , digamos, interés artístico. El capitalismo sólo lo ha amplificado; sobre todo dando oportunidades.
Creo que no podremos encontrar soluciones a las barbaridades que escuchamos si nos empeñamos en culpar unicamente a la "mirada voyeur occidental" y no buscamos más profundamente.