Una de las ventajas de ser una persona doctrinaria, política o religiosamente, es el disfrute de un potente y eficaz sistema inmunológico cognitivo. Gracias a él, los elementos de la realidad incómodos para sus creencias son repelidos o inteligentemete modificados. Escolar, en la entrada El Che y le derecha sin héroes, nos ofrece un ejemplo ilustrativo de poder defensivo del sistema del que hablamos. Es un texto impagable de la primera a la última letra, escrito en un apropiado tono épico, de un hombre llamado Isaac Rosa. La parte que nos atañe es la siguiente:
Pero sobre todo [El Che] es una figura que, pese a los excesos iconográficos, sigue perteneciendo a la izquierda, no se ha apropiado de él la derecha, a diferencia de otras figuras y símbolos (pensemos en Azaña leído por Aznar, el lenguaje revolucionario usurpado por la industria publicitaria, la estética soviética como moda, o el pañuelo palestino de boutique que visten las pijas). Como no pueden apropiarse del Che, blanquearlo, despolitizarlo, lo mejor es destruirlo.Démosles gracias a los socialistas bolsillos de empresas autogestionadas como The Che Store, que permiten que el revolucionario argentino no sea blanqueado ni, mucho menos, despolitizado. Nada que ver con las usupadora "industria publicitaria".
Que no se alarme nadie: no se tiene por qué saber inglés para mantener viva la lucha guevarista. Tiendas como Zona de Compras pueden abastecerle para que el armario de sus rebeldes adolescentes no carezca de los complementos necesarios para mantener al Che lejos de la derecha y el capitalismo. Gorra, chapas, mochila...
Pero, aunque usted sea de los que no cree incompatible revolución y distinción, tampoco tiene por qué quedarse fuera de esta batalla moral. Una empresa francesa ha comercializado esta exquisitez, para quienes creen que la revolución no está reñida con un refinado aseo personal:
Ernesto Che Guevara, ya ven, continua tan socialista como siempre.
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