03 mayo 2009

El pirata se disculpa.

El espíritu emprendedor está llegando a las ocupaciones más improbables. Hay que olvidarse del romántico pirata analfabeto, maloliente y empapado de ron hasta las cejas. Así es como hablan los piratas en la era de la racionalización del gasto y de la ética empresarial:

"Desgraciadamente, por razones técnicas, no hemos podido hacernos con la nave", se lamenta el líder corsario Mohamed Muse. "Sabíamos que la captura de un barco tan grande habría representado una nueva era de la piratería, pero utilizaron una táctica inteligente y no pudimos subir a bordo", añadió. "Estábamos listos para capturarla, realmente les acribillamos a balazos, pero es un barco imponente y solo contábamos con diez hombres", se excusó.

Perdonen los inversores: nos equivocamos en la cantidad de recursos; la próxima vez doblaremos los efectivos y no dejaremos a nadie con vida.

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