31 enero 2010
Hablemos de sexo 2.0
La sabiduría de Google está claramente sobrevalorada.
( La idea no es mía. La encontré en Preictabily Irrational.Simplemente he transladado el juego al castellano).
30 enero 2010
Noticia de un avance social
No pretendo ofender a mis lectores, ¡nada más lejos! No obstante, pese a considerar que los doctos que acuden a éstas páginas en busca de alimento espiritual son gente intachable, respetabilísima, no puedo olvidar que nuestra época es tumultuosa y, ay, inmoral. Así que no puedo negar categóricamente que la virtud general, sin duda altísima y reconocida por todos, de los lectores esté en algún caso particular levemente empañada por el feo vicio de la juerga de fin de semana.
Por ello, y en virtud de la vocación de servicio público de este blog, paso a publicitar la sabia herramienta que Google pone a disposición de sus usuarios más alegres.
De entre los aficionados a la juergas, ¿cuál no teme el insondable horror de abrir el explorador de Internet y descubrir que la noche pasada, durante el brumoso plazo entre la llegada a casa y el desplome en la cama, había enviado un email? ¿A quién, por Dios, a quién? Y ¿qué barbaridades no habría escrito? ¿Una serenata virtual y beoda a aquella chica tan fascinante? ¿Un manojo de insultos al jefe? ¿Una cursi y servil declaración de amistad al cabronazo con el que hace años que no hablas?
Una preocupación justificada, sin duda. Pero que, gracias a Google, la humanidad ya no tendrá que soportar más. Por fin beberemos felices, libres de estos angustiosos efectos secundarios. Una nueva herramienta, Mail Goggles, impide que a partir de cierto grado de embriaguez se puedan enviar correos electrónicos. Con ella en el ordenador, cuando usted le de al botón "enviar", Mail Googles le pedirá que resuelva un sencillo problema matemático para estimar la magnitud de la cogorza. Si usted lo resuelve, considerará que usted todavía retiene la suficiente compostura como para enviar un email sin arruinar su vida o su carrera y te permitirá enviar el email. Si no, deberá esperar a que pase la tormenta. O agarrar el teléfono móvil y cometer la misma fechoría pero pagando.
Por ello, y en virtud de la vocación de servicio público de este blog, paso a publicitar la sabia herramienta que Google pone a disposición de sus usuarios más alegres.
De entre los aficionados a la juergas, ¿cuál no teme el insondable horror de abrir el explorador de Internet y descubrir que la noche pasada, durante el brumoso plazo entre la llegada a casa y el desplome en la cama, había enviado un email? ¿A quién, por Dios, a quién? Y ¿qué barbaridades no habría escrito? ¿Una serenata virtual y beoda a aquella chica tan fascinante? ¿Un manojo de insultos al jefe? ¿Una cursi y servil declaración de amistad al cabronazo con el que hace años que no hablas?
Una preocupación justificada, sin duda. Pero que, gracias a Google, la humanidad ya no tendrá que soportar más. Por fin beberemos felices, libres de estos angustiosos efectos secundarios. Una nueva herramienta, Mail Goggles, impide que a partir de cierto grado de embriaguez se puedan enviar correos electrónicos. Con ella en el ordenador, cuando usted le de al botón "enviar", Mail Googles le pedirá que resuelva un sencillo problema matemático para estimar la magnitud de la cogorza. Si usted lo resuelve, considerará que usted todavía retiene la suficiente compostura como para enviar un email sin arruinar su vida o su carrera y te permitirá enviar el email. Si no, deberá esperar a que pase la tormenta. O agarrar el teléfono móvil y cometer la misma fechoría pero pagando.
La turba pacifista.
La élite progre siempre está por encima de la ley y de la férrea moral a la que someten, siempre con grandes aspavientos, a sus conciudadanos. Así que, cualquier fechoría, cualquier atropello criminal, cuando es perpetrado por alguien del clan se convierte en heroicidad.
El ejemplo de esto que encuentro hoy en el Guardian es aterrador, un mirada clarísima de la peligrosísima psicología de los absolutamente-convencidos-de-su-certeza-y-moral. Su protagonista principal es George Monbiot, un notable de la sección inglesa de este clan del que hablamos. Junto con otros iluminados, ha montado la campaña "Arrest Blair", que pretende reunir una turba de izquierdistas para que "arreste" a Toni Blair por crímenes de guerra. En la página web que han montando lo explican con gran tranquilidad y todo detalle, como si facilitasen la dirección de la próxima reunión del club excursionista:
"Esta web ofrece una recompensa a la gente que trate de arrestar pacifícamente al antigur primer ministro Británico, Tony Blair, por crímenes contra la paz. Cualquiera que intente un arresto tendrán derecho a recibir un cuarto de la recaudación hecha hasta la fecha".
Sí, no he traducido maliciosamente, es literal: "arrestar", privar de libertad, enchironar, encerrar. No sé si esto es secuestro u otra cosa, pero lo que estoy seguro es que realizado por cualquier otro grupo o perpetrado sobre cualquier otra persona conllevaría pena de cárcel. Para colmo, no se les ocurre otra cosa que dar dinero a quien lo haga, como los odiados pistoleros norteamericanos. !Dar dinero por encerrar a alquien! ¡Y con los nombres por delante!. "Pérdonalos, señor, que no saben lo que hacen".
Imaginen el terremoto que esta misma gente montaría si la legión de ciudadanos indignada por la liberación del asesino de Sandra Palos emprendiese una iniciativa popular similar. El fin del mundo, seguro.
El ejemplo de esto que encuentro hoy en el Guardian es aterrador, un mirada clarísima de la peligrosísima psicología de los absolutamente-convencidos-de-su-certeza-y-moral. Su protagonista principal es George Monbiot, un notable de la sección inglesa de este clan del que hablamos. Junto con otros iluminados, ha montado la campaña "Arrest Blair", que pretende reunir una turba de izquierdistas para que "arreste" a Toni Blair por crímenes de guerra. En la página web que han montando lo explican con gran tranquilidad y todo detalle, como si facilitasen la dirección de la próxima reunión del club excursionista:
"Esta web ofrece una recompensa a la gente que trate de arrestar pacifícamente al antigur primer ministro Británico, Tony Blair, por crímenes contra la paz. Cualquiera que intente un arresto tendrán derecho a recibir un cuarto de la recaudación hecha hasta la fecha".
Sí, no he traducido maliciosamente, es literal: "arrestar", privar de libertad, enchironar, encerrar. No sé si esto es secuestro u otra cosa, pero lo que estoy seguro es que realizado por cualquier otro grupo o perpetrado sobre cualquier otra persona conllevaría pena de cárcel. Para colmo, no se les ocurre otra cosa que dar dinero a quien lo haga, como los odiados pistoleros norteamericanos. !Dar dinero por encerrar a alquien! ¡Y con los nombres por delante!. "Pérdonalos, señor, que no saben lo que hacen".
Imaginen el terremoto que esta misma gente montaría si la legión de ciudadanos indignada por la liberación del asesino de Sandra Palos emprendiese una iniciativa popular similar. El fin del mundo, seguro.
07 enero 2010
Oriente frio y suntuoso
Imágenes tomadas en el Festival del hielo y la escultura de nieve que se celebra en Harbin, en el noroeste chino. Todas los fotos que trae The Big Picture del evento valen la pena.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)