La élite progre siempre está por encima de la ley y de la férrea moral a la que someten, siempre con grandes aspavientos, a sus conciudadanos. Así que, cualquier fechoría, cualquier atropello criminal, cuando es perpetrado por alguien del clan se convierte en heroicidad.
El ejemplo de esto que encuentro hoy en el Guardian es aterrador, un mirada clarísima de la peligrosísima psicología de los absolutamente-convencidos-de-su-certeza-y-moral. Su protagonista principal es George Monbiot, un notable de la sección inglesa de este clan del que hablamos. Junto con otros iluminados, ha montado la campaña "Arrest Blair", que pretende reunir una turba de izquierdistas para que "arreste" a Toni Blair por crímenes de guerra. En la página web que han montando lo explican con gran tranquilidad y todo detalle, como si facilitasen la dirección de la próxima reunión del club excursionista:
"Esta web ofrece una recompensa a la gente que trate de arrestar pacifícamente al antigur primer ministro Británico, Tony Blair, por crímenes contra la paz. Cualquiera que intente un arresto tendrán derecho a recibir un cuarto de la recaudación hecha hasta la fecha".
Sí, no he traducido maliciosamente, es literal: "arrestar", privar de libertad, enchironar, encerrar. No sé si esto es secuestro u otra cosa, pero lo que estoy seguro es que realizado por cualquier otro grupo o perpetrado sobre cualquier otra persona conllevaría pena de cárcel. Para colmo, no se les ocurre otra cosa que dar dinero a quien lo haga, como los odiados pistoleros norteamericanos. !Dar dinero por encerrar a alquien! ¡Y con los nombres por delante!. "Pérdonalos, señor, que no saben lo que hacen".
Imaginen el terremoto que esta misma gente montaría si la legión de ciudadanos indignada por la liberación del asesino de Sandra Palos emprendiese una iniciativa popular similar. El fin del mundo, seguro.
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