18 diciembre 2007

Ateo estúpido vs. ateo listo.

El teniente de alcalde de Sevilla, en uno de esos actos arrogantes y autoritarios tan caros a los snobs elitistas, hizo valer su cargo de para cambiar la denominación y de paso el carácter de una fiesta milenaria, amada, con todas sus ñoñerías, por la mayor parte de los ciudadanos. Anunció que este año la capital andaluza no se engalanaría para la Navidad, sino para el "solsticio de invierno". Como los dictadores, este hombre se cree con la potestad de renombrar a su antojo las fiestas populares.
Entre otras cosas, esta ridiculez obedece a una confusión muy común en la gente de la far left. Creen estar atacando la religión cuando, en realidad, están atacando las manifestaciones culturales de un pueblo. Atacan las canciones, los regalos, las cenas, los belenes, el estado de ánimo compartido; pero en ningún momento el relato bíblico del Dios naciente.
Les iría bien meditar sobre las palabras que hace unos días pronunció Richard Dawkins, el más fervoroso de los modernos apóstoles del ateísmo. Éste declaró que no tiene ningún deseo de "purgar" las raíces cristianas del Reino Unido y que "canta villancicos como cualquiera". Sintetizaba así su sentir:
Reconozco completamente la significancia histórica y cultural que el cristianismo ha tenido en nuestro país. Debemos reconocerlo y celebrarlo.

3 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

Eso sí, celebraremos encantados cualquier muestra antropológica foránea.
Hay una notable infección de políticos acomplejados.

Júlia dijo...

Ya hace tiempo que algunos maestros progres se sumaron -sin demasiado éxito, la verdad- a eso del solsticio. Siempre sale alguien que descubre la sopa de ajo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Si el cristianismo hubiera fracasado cuando Arrio o tras la caída del Imperio, sería reivindicado por muchos que hoy lo denostan. Simple iconoclastia y vampirismo político, decadencia, ignorancia, miseria, mierda.